Consenso crítico – Ghostbusters: buena película, mala promoción

Las cuatro nuevas cazafantasmas (Foto: Columbia Pictures)

Las cuatro nuevas cazafantasmas (Foto: Columbia Pictures)

Pocas películas han tenido una campaña publicitaria previa tan desastrosa como la nueva Ghostbusters (Cazafantasmas). Además de un ambiente al extremo sensitivo con los asuntos de género, los tráileres que antecedieron la película fueron poco atractivos: una compilación de chistes de bajo calibre, comedia física, one-liners y spoilers.

Esto generó una explosión de críticas en redes sociales y, al mejor estilo de estas manifestaciones, no tuvo ninguna consecuencia real. La presuposición era que la película sería tan mala como sus avances. Este preconcepto parece errado. Los críticos han tenido palabras favorables para la cinta dirigida por Paul Feig.

La trama es similar a la de la película original, de 1984, un clásico de culto: académicos con un gusto por lo paranormal, relacionados con la Universidad de Columbia, que dejan de estar entre libros para combatir la creciente actividad paranormal en Nueva York. Es un reboot a toda ley, con un cambio que ha acercado y alejado a públicos por igual: los ‘casafantasmas’ son mujeres (Melissa McCarthy, Kristen Wiig, Kate McKinnon y Leslie Jones) y Chris Hemsworth como secretario del equipo.

No es de incumbencia de este texto la discusión baladí sobre si esta es una movida de la ‘corrección política’ o simplemente un signo de los tiempos y el advenimiento de las damas humoristas. El único criterio que me interesa es si esto responde a la visión artística de Feig y Katie Dippold o no. Si la cinta muestra relaciones orgánicas entre los personajes y sus acciones, que sean mujeres u hombres es indiferente.
 

Opinión general

Pocas películas en lo reciente han generado una distinción tan grande entre los críticos mujeres y hombres. Por desgracia, el asunto del género de las protagonistas ha causado una división entre ellos, de los que se espera una observación de la película como proyecto. Las mujeres, en lo habitual, ven con ojos muy positivos la cinta, mientras que los hombres, seguramente fanáticos de la original, son menos benignos.

Ninguno afirma que la película ser mala, excepto Richard Roeper de Chicago Sun-Times, quien detestó el reboot. Un caso marginal. En general la película se caracteriza como divertida, llena de vida gracias a las vibrantes actuaciones de las cuatro actrices y su secretario. Las objeciones aparecen en asuntos como la cercanía milimétrica a la original, las líneas de Leslie Jones, la utilización de efectos especiales y los excesivos cameos.

 

Cinematografía y dirección

Paul Feig es uno de los directores de comedia más prometedores de la escena actual. Este es su primer proyecto de presupuesto, US$144 millones. Él escribió el script junto a Katie Dippold. La opinión general es que construyeron juegos de palabras, situaciones y diálogos graciosos. Sin embargo, la película no está exenta de problemas narrativos.

Poster de 'Ghostbusters' ( Columbia Pictures)

Poster de ‘Ghostbusters’ ( Columbia Pictures)

Moira Macdonald para el Seattle Times afirma en ese sentido: «Mucho del espíritu de la original fue capturado aquí, algo de esto está en la canción, pero algo de eso es un sentido de diversión puro y tonto». Manohla Dargis (New York Times) y Stephanie Zacharek (Time) concuerdan con ella en que el espíritu cómico es lo principal, más allá de las fallas.
Peter Debruge (Variety) y David Edelstein (Vulture) admiten que las líneas pueden ser graciosas, pero observan problemas con en la lógica de la película. Edelstein critica como se establecen tardíamente y con una extensa exposición las heroínas, en comparación con la original. Ambos concuerdan en que las líneas de Leslie Jones enfatizan su raza, en algo esperable de películas de los 70, pero poco interesante ahora, no por ser insultantes, sino porque son muy predecibles y faltas de gracia.

El tono de la película es preciso, gracias a la actuación de las protagonistas. Es de un tono ligero que escala hasta la batalla final, que es vista, no obstante, como la parte más débil de esta aventura. Ésta delata uno de los grandes problemas de la película: la utilización excesiva de CGI. Bien lo resume Debruge:

Mientras que Feig ha logrado cruzar los rayos de los géneros exitosamente (sic), aquí sucumbe a la conocida maldición de la época de los efectos digitales: cuando no hay nada que una computadora no pueda hacer, el director es el que debe saber dónde parar.

A la vez, el exceso de cameos y tributo a la película original también atentan contra la independencia de la cinta. Esto no la cubre de una capa impenetrable de baba verde, pero si distorsiona su alcance. Eso sí, no llega al ridículo de Pixeles en ese sentido.

 

Personajes y actores

Lo más fuerte de la cinta son las actrices. Melissa McCarthy (Abby Yates) es una de las comediantes más solicitadas en el cine estadounidense actual. En Ghostbusters comparte el centro de la escena con Kristen Wiig (Erin Gilbert), pero la opaca. Hay una correspondencia entre cada personaje y aquellos creados por Ivan Reitman. Wiig debió usar los zapatos de Bill Murray y no logra capturar su icónico estilo cínico e inconexo.

Quien se roba todas las escenas es Kate McKinnon (Jillian Holtzmann). La rubia actriz entendió la dinámica de la película, su sentido absurdo y lo cultivo. Desde su vestuario hasta su forma de recitar las líneas, es consistente con el personaje un poco arrevesado pero gracioso que creó.

Para Dargis,

Ninguna actuación domina la nueva Ghostbusters, que es en su mayoría democráticamente cómica (una firma de Paul Feig), aunque la magnífica excéntrica de Kate McKinnon quedó cerca. Su papel es el de Holtzmann, un sombrerero loco que azota el equipo para capturar fantasmas (sic) con una mirada loca y página tras página de juguetonas líneas.

Leslie Jones (Patty Tolan) es el más discreto de los personajes, como lo era en la original Winston Zeddemore. Su papel responde al estereotipo de la mujer negra de carácter fuerte, lo que no se le puede atribuir a ella, sino al script que no pudo encontrar una mejor forma de construirla.

Chris Hemsworth (Kevin Beckman) es el paso final de la inversión de los roles en el filme. Su papel es de secretario atractivo y despistado que es objeto de las insinuaciones de sus jefas. El personaje es un simple cascarón para transmitir este nuevo orden de cosas, una relación inversa de poder entre el superior y su subordinado.

 

Conclusiones

Los reboot son impredecibles. Fantastic Four (2015) empeoró una serie de películas que ya era bastante deficiente. The Amazing Spider Man (2012) no es mucho mejor que Spider Man (2002), aunque Andrew Garfield sea un superhéroe más interesante que Toby Maguire. Christopher Nolan le dio nueva vida a Batman, mientras que Superman fue revivida por Bryan Singer en Superman Returns y posteriormente por Zack Snyder en Man of Steel. Las opiniones sobre cuál es la mejor están dividida.

En este caso, la predicción general fue errada. Los avances no daban esperanzas de una buena película. Por esto es entendible que algunas productoras, directores y actores lleguen incluso a hacer nuevas tomas para sólo el tráiler. Es probable que esta película logre ganancias en taquilla por la marca de los Ghostbusters, pero, después de un lanzamiento, ganará un gran impulso por propios méritos.

La mayor atracción de la cinta es que es graciosa. Para algunos críticos, el humor pierde ahínco con el pasar de los minutos, pero para otros, se mantiene en la dinámica de genuina amistad que tienen las actrices. Es inferior a la original, pero tiene su vida propia. Eso sí, para seguir creciendo como franquicia (porque esa es la intención aquí) deberá buscar su propia identidad y nuevas peripecias, que se alejen de 1984.